La resistencia eléctrica se refiere a la propiedad de un material o componente que se opone al flujo de corriente eléctrica. Es un concepto fundamental en ingeniería eléctrica y física, donde los materiales con mayor resistencia impiden el flujo de electrones de manera más efectiva que aquellos con menor resistencia. La resistencia se mide en ohmios (Ω) y se denota con el símbolo R en las ecuaciones eléctricas.
En términos simples, la resistencia eléctrica puede entenderse como la fricción que encuentran los electrones cuando se mueven a través de un conductor. Cuando se aplica un potencial eléctrico (voltaje) a través de un conductor, como un cable o una resistencia, los electrones fluyen del potencial más alto al potencial más bajo. La resistencia limita este flujo, lo que hace que parte de la energía eléctrica se convierta en calor cuando los electrones chocan con los átomos del material.
En el uso común, la resistencia eléctrica a menudo se denomina simplemente resistencia. Es una propiedad inherente de los materiales y está influenciada por factores como el tipo de material, sus dimensiones y la temperatura. La resistencia de un material normalmente se caracteriza por su resistividad (ρ), una propiedad específica del material, y sus dimensiones físicas. La fórmula que relaciona la resistencia, el voltaje (V) y la corriente (I) es la ley de Ohm: R = V / I, donde R es resistencia, V es voltaje e I es corriente.
En esencia, la resistencia en términos eléctricos describe la eficacia con la que un material resiste el flujo de corriente eléctrica y convierte la energía eléctrica en otras formas, como calor. Es un parámetro fundamental utilizado en el diseño de circuitos, calcular la disipación de potencia y garantizar el correcto funcionamiento de dispositivos eléctricos y electrónicos.