¿Cuál es la diferencia entre sensor activo y sensor pasivo?
Un sensor activo emite energía o señales para interactuar con el entorno y detectar objetos o fenómenos.
Transmite activamente pulsos de energía, como sensores de radar o lidar, y analiza las señales reflejadas o emitidas para recopilar información.
Un sensor pasivo detecta y mide la energía natural emitida o reflejada por el objeto o fenómeno que se observa. No emite energía ni señales propias, sino que depende de fuentes de energía ambientales, como la luz solar o la radiación térmica.
Los ejemplos incluyen cámaras ópticas y sensores de infrarrojos.
La detección activa implica sondear activamente el entorno utilizando energía o señales emitidas (como radar o sonar) para detectar y localizar objetos.
Se basa en el reflejo o eco de la energía emitida para identificar objetos.
La detección pasiva observa el entorno sin emitir energía. Detecta la energía emitida o reflejada naturalmente (como radiación electromagnética o señales acústicas) de objetos o fenómenos.
Los métodos de detección pasiva incluyen imágenes térmicas y radiotelescopios.
Los sensores de velocidad activos miden directamente la velocidad de un objeto emitiendo señales activamente (como pistolas de radar) y analizando las señales reflejadas para determinar la velocidad.
Los sensores de velocidad pasivos determinan la velocidad indirectamente observando cambios en los fenómenos naturales causados por el movimiento de un objeto.
Por ejemplo, los sensores infrarrojos pasivos pueden detectar el calor emitido por un objeto en movimiento y estimar su velocidad en función del cambio observado a lo largo del tiempo.
Un sensor activo es un dispositivo que emite activamente energía o señales al medio ambiente para recopilar información sobre objetos o fenómenos.
Requiere una fuente de energía para funcionar y normalmente implica transmitir y recibir componentes para analizar señales reflejadas o emitidas.
Un sensor pasivo detecta y mide la energía natural emitida o reflejada por objetos o fenómenos sin emitir ninguna energía propia.
Un ejemplo es un sensor satelital que observa la superficie de la Tierra midiendo la luz solar reflejada en ella o la radiación térmica emitida por la superficie.
En el SIG (Sistema de Información Geográfica), los sensores activos recopilan datos emitiendo energía y midiendo su retorno (como el radar o el lidar), mientras que los sensores pasivos registran la energía natural (como la luz solar o la radiación térmica).
Los sensores activos proporcionan mediciones precisas de distancia y elevación, mientras que los sensores pasivos ofrecen información espectral sobre la superficie de la Tierra.