Los transformadores se colocan en un tanque de aceite principalmente con fines de aislamiento y enfriamiento. El aceite de transformador, también conocido como aceite aislante, cumple varias funciones cruciales dentro del tanque. Actúa como refrigerante para disipar el calor generado durante el funcionamiento, lo que ayuda a mantener temperaturas de funcionamiento óptimas y evita el sobrecalentamiento. Además, el aceite proporciona aislamiento eléctrico a los componentes del transformador, como los devanados y el núcleo, lo que garantiza que los altos voltajes dentro del transformador no provoquen averías eléctricas ni arcos.
El aceite de transformador utilizado en el tanque cumple múltiples propósitos esenciales para el funcionamiento confiable del transformador. Además de proporcionar aislamiento eléctrico y disipación de calor, también ayuda a suprimir la descarga de corona y los arcos dentro del transformador. Esto mejora la vida útil y la confiabilidad del transformador al mantener características eléctricas estables y prevenir fallas internas.
Los transformadores se sumergen en aceite para mejorar su eficiencia de enfriamiento y sus capacidades de aislamiento eléctrico. El tanque lleno de aceite permite una mejor disipación del calor del núcleo y los devanados del transformador, lo que garantiza que las temperaturas de funcionamiento se mantengan dentro de límites seguros. Al sumergir el transformador en aceite, los fabricantes pueden diseñar transformadores que manejen cargas de mayor potencia de manera más eficiente y al mismo tiempo mantengan la confiabilidad y la longevidad.
La función del tanque del transformador es principalmente contener el aceite del transformador y proporcionar un ambiente sellado que evite la contaminación y degradación del aceite. Sirve como carcasa protectora para los componentes del transformador, protegiéndolos de factores ambientales y garantizando un funcionamiento seguro. El tanque también incorpora aletas de enfriamiento o radiadores para ayudar aún más en la disipación del calor, contribuyendo a la eficiencia general del sistema del transformador.
Los núcleos de los transformadores se sumergen en un tanque lleno de aceite para optimizar su rendimiento y longevidad. El aceite que rodea el núcleo mejora la transferencia de calor fuera del núcleo, evitando el sobrecalentamiento y garantizando un funcionamiento eficiente. Este efecto de enfriamiento es crucial para mantener la eficiencia eléctrica y la confiabilidad del transformador durante su vida útil operativa. Además, el aceite proporciona aislamiento eléctrico al núcleo, lo que reduce el riesgo de averías eléctricas y mejora la seguridad y el rendimiento generales del transformador.