¿Cuál es la mayor pérdida en el transformador?

La mayor pérdida en un transformador suele ser la pérdida del núcleo, también conocida como pérdida de hierro. Esto ocurre debido al campo magnético alterno en el núcleo del transformador, lo que provoca histéresis y pérdidas por corrientes parásitas. La pérdida por histéresis resulta del desfase entre el campo magnético y la magnetización del material del núcleo, mientras que la pérdida por corrientes parásitas se debe a las corrientes circulantes inducidas dentro del núcleo. Estas pérdidas son inherentes a las propiedades materiales del núcleo y a la frecuencia de operación.

La pérdida máxima en los transformadores suele ser la pérdida del cobre, también conocida como pérdida del devanado. La pérdida de cobre se produce debido a la resistencia de los devanados, lo que hace que se genere calor a medida que la corriente fluye a través de ellos. Esta pérdida es proporcional al cuadrado de la corriente y la resistencia de los devanados, lo que significa que aumenta significativamente con condiciones de carga más altas. En la mayoría de los transformadores prácticos, las pérdidas en el cobre tienden a exceder las pérdidas en el núcleo en condiciones de carga completa.

Las dos pérdidas principales en un transformador son las pérdidas en el núcleo (pérdidas en el hierro) y las pérdidas en el cobre (pérdidas en el devanado). La pérdida del núcleo, como se mencionó, ocurre en el núcleo del transformador debido a efectos magnéticos, mientras que la pérdida de cobre ocurre en los devanados debido a la resistencia eléctrica. Juntas, estas pérdidas determinan la eficiencia del transformador, y los esfuerzos para minimizarlas se centran en seleccionar materiales de núcleo apropiados y optimizar el diseño del devanado.

Las cuatro pérdidas en los transformadores incluyen pérdida del núcleo, pérdida de cobre, pérdida parásita y pérdida dieléctrica. Las pérdidas del núcleo consisten en histéresis y pérdidas por corrientes parásitas en el núcleo. La pérdida de cobre ocurre en los devanados debido a la resistencia. Las pérdidas parásitas surgen del flujo de fuga que induce corrientes en partes no magnéticas, como el tanque y otros componentes estructurales. La pérdida dieléctrica ocurre en los materiales de aislamiento debido al campo eléctrico alterno que hace que pequeñas corrientes fluyan dentro del aislamiento, lo que lleva a la disipación de energía.

La pérdida total de un transformador es la suma de las pérdidas del núcleo, las pérdidas de cobre, las pérdidas parásitas y las pérdidas dieléctricas. Las pérdidas en el núcleo y las pérdidas en el cobre suelen ser los componentes más importantes, siendo las pérdidas parásitas y dieléctricas relativamente menores, pero aún importantes para cálculos precisos de eficiencia. La pérdida total afecta la eficiencia general y el rendimiento del transformador, influyendo en factores como la generación de calor, los costos operativos y la confiabilidad.

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