Un inductor y un condensador son componentes electrónicos pasivos, pero funcionan según principios diferentes y tienen características distintas. Un inductor consiste en una bobina de alambre enrollada alrededor de un núcleo, generalmente hecho de materiales como hierro o ferrita, que almacena energía en forma de campo magnético cuando la corriente fluye a través de él. Su propiedad principal es la inductancia, medida en henrios (H), que determina la cantidad de oposición que ofrece a los cambios en el flujo de corriente. Los inductores se utilizan en circuitos para almacenar energía temporalmente, filtrar señales de CA y proporcionar impedancia a ciertas frecuencias, entre otras aplicaciones.
Los condensadores, por otro lado, constan de dos placas conductoras separadas por un material aislante conocido como dieléctrico. Cuando se aplica un voltaje a través de las placas, se forma un campo eléctrico entre ellas, almacenando energía eléctrica en forma de campo eléctrico. La capacidad de un condensador para almacenar carga se mide mediante la capacitancia, expresada en faradios (F). Los condensadores se utilizan en circuitos para almacenar y liberar energía eléctrica, filtrar ruido o señales de CA, estabilizar los niveles de voltaje y bloquear la CC mientras permiten el paso de la CA, entre otras aplicaciones.
Los términos capacitancia e inductancia se refieren a las propiedades fundamentales de los capacitores e inductores, respectivamente. La capacitancia es la medida de la capacidad de un capacitor para almacenar carga eléctrica por unidad de voltaje aplicado, cuantificada en faradios. Describe cuánta carga puede almacenar un condensador para un voltaje determinado. La inductancia, por otro lado, es la medida de la capacidad de un inductor para almacenar energía en un campo magnético cuando la corriente fluye a través de él, cuantificada en henrios. Indica la capacidad del inductor para resistir cambios en el flujo de corriente y almacenar energía en forma de campo magnético.
La principal diferencia entre condensadores y bobinas (inductores) radica en sus principios de funcionamiento y la naturaleza del almacenamiento de energía que emplean. Los condensadores almacenan energía en un campo eléctrico entre dos placas conductoras separadas por un material dieléctrico, mientras que las bobinas (inductores) almacenan energía en un campo magnético generado por la corriente que fluye a través de una bobina de alambre enrollada alrededor de un núcleo. Esta diferencia fundamental determina su comportamiento en los circuitos: los condensadores reaccionan principalmente a los cambios de voltaje, mientras que los inductores reaccionan principalmente a los cambios de corriente.
En términos de diferencia de fase, cuando se aplica voltaje o corriente CA a un inductor y un capacitor, responden de manera diferente debido a sus propiedades reactivas. Un inductor provoca un cambio de fase de +90 grados entre el voltaje y la corriente, lo que significa que la corriente está retrasada con respecto al voltaje en 90 grados. Por el contrario, un condensador provoca un cambio de fase de -90 grados, donde la corriente adelanta al voltaje 90 grados. Esta diferencia de fase es significativa en el análisis y diseño de circuitos de CA, e influye en cómo se utilizan los condensadores e inductores para controlar el voltaje y la corriente en los sistemas electrónicos.
El propósito de un inductor en circuitos electrónicos es multifacético. Los inductores se utilizan principalmente para almacenar energía en forma de campo magnético cuando la corriente fluye a través de ellos. Esta energía almacenada puede luego liberarse nuevamente al circuito, proporcionando almacenamiento de energía, filtrando ruidos o frecuencias no deseadas y controlando el flujo de corriente alterna (CA). Los inductores son componentes cruciales en dispositivos electrónicos como fuentes de alimentación, filtros, osciladores y antenas, donde su capacidad para almacenar energía y crear campos magnéticos juega un papel vital en el rendimiento y la funcionalidad del circuito.