Los parlantes convierten la electricidad en sonido mediante el uso de una señal eléctrica para crear vibraciones mecánicas que producen ondas sonoras. Este proceso comienza con una señal de audio, que es una señal eléctrica de corriente alterna (CA) que varía en amplitud y frecuencia, representando el sonido. La señal eléctrica se envía a la bobina móvil del altavoz, una bobina de cable unida al cono del altavoz. La bobina móvil se encuentra en un campo magnético creado por un imán permanente. A medida que la señal de CA pasa a través de la bobina móvil, genera un campo magnético variable, lo que hace que la bobina se mueva hacia adelante y hacia atrás. Este movimiento empuja y tira del cono del altavoz, creando ondas sonoras que se propagan por el aire, lo que percibimos como sonido.
Para convertir la electricidad en sonido, primero se amplifica una señal de audio eléctrica y luego se envía a un transductor, como un altavoz. El altavoz consta de una bobina móvil unida a un diafragma o cono. Cuando la señal eléctrica amplificada pasa a través de la bobina móvil, interactúa con el campo magnético de un imán permanente, lo que hace que la bobina se mueva. Este movimiento, a su vez, hace que el diafragma vibre. Estas vibraciones crean ondas de presión en el aire, que corresponden a la señal de audio original. El proceso transforma efectivamente la energía eléctrica en energía mecánica, produciendo ondas sonoras audibles.
Los parlantes funcionan eléctricamente mediante el uso de una señal de audio de corriente alterna (CA) para mover una bobina móvil dentro de un campo magnético. Esta configuración incluye una bobina móvil unida a un diafragma, un imán permanente y un sistema de suspensión para mantener la bobina centrada. Cuando la señal de audio fluye a través de la bobina móvil, genera un campo electromagnético que interactúa con el campo magnético estático del imán permanente. Esta interacción hace que la bobina y el diafragma adjunto se muevan hacia adelante y hacia atrás. El rápido movimiento del diafragma empuja y atrae las moléculas de aire, creando ondas sonoras que replican la señal de audio.
Los parlantes utilizan electricidad convirtiendo señales de audio eléctricas en movimiento mecánico. Este proceso implica enviar la señal de audio a través de la bobina móvil, que está suspendida en un campo magnético proporcionado por un imán permanente. La señal eléctrica variable crea un campo magnético correspondiente en la bobina móvil, lo que hace que se mueva hacia adelante y hacia atrás. Este movimiento se transfiere al cono o diafragma del altavoz, que mueve el aire para producir ondas sonoras. La eficiencia de esta conversión depende del diseño del altavoz, incluidos los materiales utilizados para la bobina móvil, el cono y el imán.
Un altavoz genera sonido convirtiendo la energía eléctrica en energía mecánica, que luego crea ondas sonoras. El componente clave es la bobina móvil, que se mueve dentro de un campo magnético cuando una señal de audio eléctrica la atraviesa. Este movimiento hace que el diafragma o cono del altavoz vibre, empujando y tirando del aire circundante. Las vibraciones del diafragma corresponden a la frecuencia y amplitud de la señal eléctrica, produciendo ondas sonoras que escuchamos en forma de música, habla u otro tipo de audio. El proceso implica una coordinación precisa entre la señal eléctrica, el movimiento de la bobina móvil y las vibraciones resultantes del diafragma para reproducir el sonido con precisión.