La electricidad no puede «extraerse» directamente del aire, en el sentido de extraer energía eléctrica utilizable de la atmósfera circundante. Si bien la atmósfera contiene iones y partículas cargadas, la cantidad de energía eléctrica presente es extremadamente baja y prácticamente no se puede aprovechar para generar energía. Los intentos de extraer electricidad del aire como fuente de energía viable enfrentan importantes desafíos técnicos e ineficiencias debido a la baja densidad de electrones e iones libres en el aire en comparación con las fuentes de energía convencionales como la solar, la eólica o la hidroeléctrica.
No es posible extraer electricidad del aire de manera significativa para uso práctico. Si bien el aire contiene iones y puede conducir electricidad hasta cierto punto en condiciones específicas (como durante la caída de un rayo o en situaciones de alto voltaje), esta conductividad es limitada y no es suficiente para una transmisión o generación de energía eficiente. Conducir electricidad a través del aire requiere voltajes muy altos para ionizar las moléculas de aire y crear un camino conductor, lo que normalmente sólo es práctico en aplicaciones especializadas como líneas de transmisión de alto voltaje o ciertos tipos de procesos industriales.
La electricidad se puede transmitir a través del aire bajo ciertas condiciones, principalmente en aplicaciones de alto voltaje donde el potencial eléctrico es suficiente para ionizar el aire y crear un camino conductor. Este fenómeno se aprovecha en las líneas aéreas de transmisión de energía, donde la electricidad de alto voltaje se transmite a largas distancias utilizando el aire como medio aislante y conductor. Sin embargo, para aplicaciones cotidianas y electricidad de bajo voltaje, el aire no es un conductor confiable debido a su alta resistencia y la necesidad de niveles de voltaje significativos para iniciar la conducción y la ruptura eléctrica.
En condiciones normales, la electricidad no fluye a través del aire de manera efectiva debido a su alta resistencia y propiedades aislantes. El aire es un material dieléctrico que normalmente impide el flujo de corriente eléctrica entre conductores. Cuando la electricidad fluye a través del aire, normalmente ocurre en condiciones extremas, como durante descargas de rayos o en entornos donde los altos voltajes causan la ionización de las moléculas de aire, creando caminos conductores. A efectos prácticos, se utilizan materiales con menor resistividad y mayor conductividad para transmitir y distribuir eficientemente la energía eléctrica en sistemas y dispositivos eléctricos.