Cuando la corriente continua (CC) pasa a través de una bobina, crea un campo magnético alrededor de la bobina según la regla de la mano derecha del electromagnetismo. La intensidad del campo magnético es proporcional a la cantidad de corriente que fluye a través de la bobina y al número de vueltas de alambre en la bobina. Este fenómeno es fundamental para el funcionamiento de los electroimanes utilizados en diversas aplicaciones, como motores eléctricos, relés y solenoides. La dirección del campo magnético depende de la dirección del flujo de corriente a través de la bobina y puede usarse para atraer o repeler materiales magnéticos o para realizar trabajos mecánicos.
Al pasar CC a través de una bobina, ésta genera un campo magnético constante mientras fluye la corriente. La fuerza de este campo magnético está directamente relacionada con la cantidad de corriente que pasa a través de la bobina y las dimensiones físicas de la propia bobina. Este campo magnético se puede utilizar en numerosas aplicaciones, incluidos inductores en circuitos electrónicos donde se requiere almacenamiento o filtrado de energía. También es parte integral de dispositivos como transformadores, donde las bobinas desempeñan un papel crucial en la conversión de niveles de voltaje en sistemas de transmisión y distribución de energía.
Cuando pasa corriente a través de una bobina, la bobina genera un campo magnético a su alrededor. Este campo magnético es proporcional a la cantidad de corriente que fluye a través de la bobina y al número de vueltas de cable en la bobina. La dirección del campo magnético sigue la regla de la mano derecha, donde los dedos de la mano derecha se curvan en la dirección del flujo de corriente a través de la bobina y el pulgar apunta en la dirección del campo magnético generado. Este principio subyace al funcionamiento de electroimanes e inductores, que son componentes esenciales en sistemas eléctricos y electrónicos para tareas que van desde operaciones de conmutación en relés hasta almacenamiento de energía en fuentes de alimentación.
Cuando se corta la corriente continua que fluye a través de una bobina, el campo magnético alrededor de la bobina colapsa. Según la Ley de Inducción Electromagnética de Faraday, un cambio en el flujo magnético a través de una bobina induce un voltaje (o fuerza electromotriz, FEM) en la bobina. Cuando la corriente se interrumpe o se apaga, el campo magnético que colapsa induce un voltaje en la bobina que puede generar una breve oleada de corriente, conocida como fuerza electromotriz inversa (EMF inversa). Este contraEMF puede causar picos de voltaje en el circuito, que deben controlarse con dispositivos de protección adecuados, como diodos o circuitos amortiguadores, para evitar daños a los componentes electrónicos.
Cuando la corriente continua pasa a través de un inductor, el inductor resiste los cambios en el flujo de corriente debido a su propiedad inherente conocida como inductancia. Inicialmente, cuando se aplica CC, el inductor permite que la corriente fluya sin problemas. Sin embargo, si hay un cambio repentino en el voltaje de CC aplicado o si la corriente se corta abruptamente, el inductor se opone al cambio induciendo un voltaje (contraEMF) que se opone al cambio inicial de corriente. Este comportamiento se describe mediante la Ley de Lenz, que establece que la FEM inducida siempre se opondrá al cambio en el flujo magnético que la produjo. Los inductores se utilizan en circuitos para almacenar energía temporalmente y controlar la tasa de cambio de corriente, como en convertidores CC-CC, filtros y aplicaciones de almacenamiento de energía.