Un fusible se funde principalmente debido a una corriente excesiva que fluye a través de él, lo que hace que el elemento fusible se caliente y se derrita, interrumpiendo así el circuito. Esta condición suele ocurrir cuando hay un cortocircuito o una sobrecarga en el circuito eléctrico. En un cortocircuito, se crea un camino involuntario de baja resistencia entre los conductores vivos y neutros, lo que permite que fluya repentinamente una gran cantidad de corriente. Una sobrecarga ocurre cuando la corriente consumida por la carga eléctrica excede la capacidad de corriente nominal del fusible durante un período prolongado.
Los fusibles están diseñados para proteger circuitos y dispositivos eléctricos respondiendo a una corriente excesiva, no a un voltaje. La clasificación de voltaje de un fusible indica el voltaje máximo que el fusible puede interrumpir de manera segura sin sufrir un arco o fallar catastróficamente. Sin embargo, la fusión del fusible está directamente influenciada por la corriente que fluye a través de él y excede la corriente nominal (amperaje) del fusible.
La función de un fusible depende principalmente de la corriente (amperaje) más que del voltaje. Cuando la corriente a través del fusible excede su capacidad nominal, el elemento fusible se calienta debido al efecto de calentamiento I²R (donde I es la corriente y R es la resistencia del elemento fusible). Este calentamiento hace que el elemento fusible se derrita y rompa el circuito, protegiendo los dispositivos y el cableado conectados contra daños o riesgos de incendio.
Si un fusible sigue quemándose repetidamente, podría indicar varios problemas:
- Circuito sobrecargado: El circuito puede estar sobrecargado con dispositivos eléctricos que consumen más corriente de la que permite la clasificación del fusible.
- Cortocircuito: Un cortocircuito podría estar provocando un aumento repentino de corriente más allá de la capacidad del fusible.
- Clasificación de fusible incorrecta: el uso de un fusible con una clasificación superior a la recomendada puede evitar que se funda cuando sea necesario, comprometiendo la seguridad.
Para solucionar el motivo por el que un fusible sigue quemándose, es esencial verificar si hay circuitos sobrecargados, verificar que los dispositivos conectados estén dentro de los límites de clasificación del fusible y asegurarse de que no haya cortocircuitos ni fallas en el cableado. Abordar estos problemas ayuda a mantener la seguridad eléctrica y previene daños al equipo y al cableado.