Los condensadores e inductores almacenan energía porque pueden almacenar campos eléctricos y magnéticos, respectivamente, que representan energía almacenada en forma de potencial eléctrico o flujo magnético. En un condensador, la energía se almacena en forma de campo eléctrico entre sus placas cuando está cargado. La cantidad de energía almacenada en un capacitor es proporcional al cuadrado del voltaje a través de él y su capacitancia (E = 0.5 * C * V^2), donde E es energía, C es capacitancia y V es voltaje.
De manera similar, en un inductor, la energía se almacena en forma de un campo magnético que rodea la bobina cuando la corriente fluye a través de ella. La cantidad de energía almacenada en un inductor es proporcional al cuadrado de la corriente que fluye a través de él y su inductancia (E = 0,5 * L * I^2), donde E es energía, L es inductancia e I es corriente.
Los condensadores e inductores se denominan elementos de almacenamiento de energía porque pueden acumular y liberar energía en forma de campos eléctricos o magnéticos.
A diferencia de las resistencias, que disipan la energía eléctrica en forma de calor debido a su resistencia, los condensadores e inductores pueden almacenar energía temporalmente y liberarla nuevamente al circuito cuando sea necesario. Esta capacidad de almacenar y liberar energía hace que los condensadores e inductores sean componentes esenciales en circuitos donde se requieren funciones de almacenamiento, filtrado o temporización de energía.
La energía almacenada en un condensador o inductor puede ser disipada por una resistencia si están conectados en un circuito.
Cuando un capacitor cargado o un inductor portador de corriente se descarga a través de una resistencia, la energía almacenada en el campo eléctrico del capacitor o en el campo magnético del inductor se convierte en calor a medida que la corriente fluye a través de la resistencia.
Esta disipación ocurre cuando el capacitor se descarga o el campo magnético del inductor colapsa, liberando la energía almacenada a través de la resistencia en forma de calor.
Los inductores se utilizan en lugar de resistencias en determinadas aplicaciones porque ofrecen propiedades únicas que las resistencias no poseen. Los inductores pueden almacenar energía en sus campos magnéticos y liberarla nuevamente al circuito, mientras que las resistencias simplemente disipan energía en forma de calor.
Esta propiedad hace que los inductores sean adecuados para aplicaciones donde se requiere almacenamiento de energía, regulación de voltaje, filtrado o acoplamiento magnético. Por el contrario, las resistencias se utilizan principalmente para limitar el flujo de corriente, controlar los niveles de voltaje o disipar energía sin almacenarla.
La energía se almacena en los condensadores cargándolos con carga eléctrica, lo que crea un campo eléctrico entre las placas del condensador.
La cantidad de energía almacenada en un capacitor depende de su capacitancia y del voltaje aplicado a través de él. Cuando se carga un condensador, los electrones se acumulan en una placa, creando una carga positiva en la otra placa y una carga igual pero opuesta en la placa opuesta. En los inductores, la energía se almacena en forma de un campo magnético generado alrededor de la bobina cuando la corriente fluye a través de ella.
La intensidad del campo magnético y, por tanto, la cantidad de energía almacenada dependen de la inductancia del inductor y de la corriente que fluye a través de él.