Las ondas sonoras son ondas longitudinales. A diferencia de las ondas transversales, que oscilan perpendicularmente a la dirección de propagación de la onda, las ondas longitudinales oscilan paralelamente a la dirección de propagación de la onda. En el caso de las ondas sonoras, constan de compresiones (regiones de alta presión) y rarefacciones (regiones de baja presión) que se propagan a través de un medio como aire, agua o sólidos. A medida que el sonido viaja, comprime y expande las moléculas del medio en la dirección de su propagación, transmitiendo energía y permitiéndonos percibir el sonido.
La naturaleza longitudinal de las ondas sonoras surge debido a la forma en que se propagan a través de un medio. Cuando una fuente de sonido, como un objeto vibrante o un altavoz, genera vibraciones, estas perturbaciones crean compresiones y rarefacciones alternas en el medio. Las partículas del medio vibran hacia adelante y hacia atrás a lo largo del mismo eje a medida que viaja la onda, transmitiendo la energía sonora desde la fuente al oyente. Esta característica permite que las ondas sonoras se propaguen a través de sólidos, líquidos y gases, dependiendo de su densidad y elasticidad.
La diferencia entre ondas longitudinales y transversales radica en la dirección del desplazamiento de las partículas en relación con la dirección de propagación de la onda. En las ondas longitudinales, las partículas oscilan paralelamente a la dirección de viaje de las ondas, como se ve en las ondas sonoras o las ondas sísmicas. Por el contrario, las ondas transversales exhiben un desplazamiento de partículas perpendicular a la dirección de propagación de la onda, como en las ondas en una cuerda o en las ondas electromagnéticas. Esta distinción en el movimiento ondulatorio determina cómo se transmite la energía a través de diferentes tipos de medios y afecta cómo las ondas interactúan con su entorno.
Las ondas sonoras no son ondas transversales; son de naturaleza longitudinal. Esto significa que a medida que el sonido se propaga a través de un medio, las partículas del medio oscilan hacia adelante y hacia atrás en la misma dirección que el movimiento de la onda. Como resultado, las ondas sonoras crean regiones de compresión y rarefacción en el medio, transmitiendo energía acústica desde la fuente de sonido al oyente. Este movimiento longitudinal de partículas permite que las ondas sonoras viajen a través de gases, líquidos y sólidos, lo que nos permite percibir el sonido a través del oído.
Las ondas sonoras viajan en todas direcciones desde su fuente, irradiando hacia afuera como ondas esféricas o en un patrón direccional dependiendo de las características de la fuente de sonido y el medio a través del cual se propagan. Cuando percibimos el sonido, éste viaja en todas direcciones a nuestro alrededor, y la dirección en la que escuchamos el sonido depende de la ubicación de la fuente del sonido en relación con nuestros oídos. Las ondas sonoras no viajan específicamente hacia arriba o hacia abajo en un sentido lineal, sino que se propagan hacia afuera en todas direcciones, lo que nos permite escuchar sonidos que se originan en varias posiciones a nuestro alrededor.