Un pararrayos, también conocido como pararrayos o terminal aéreo, es una varilla o conductor de metal instalado en la parte superior de un edificio o estructura. Su función principal es proteger el edificio de los rayos proporcionando un camino preferido para que la descarga eléctrica llegue al suelo de forma segura. Cuando una nube de tormenta pasa sobre nosotros, induce una gran diferencia de potencial eléctrico entre la nube y el suelo. Esto puede provocar la caída de un rayo si la diferencia de potencial aumenta lo suficiente.
El pararrayos funciona atrayendo el rayo hacia sí mismo debido a su posición y forma prominentes. Cuando se acerca un rayo, la varilla proporciona un punto de baja resistencia eléctrica para que caiga la descarga. El material conductor del pararrayos permite que la corriente eléctrica fluya inofensivamente hasta el suelo en lugar de atravesar el edificio. Al proporcionar este camino fácil para que lo sigan los rayos, el pararrayos ayuda a prevenir daños a la estructura del edificio y a sus ocupantes.
Un pararrayos protege un edificio interceptando los rayos y conduciendo la corriente eléctrica de forma segura al suelo. Sin un pararrayos, un edificio puede atraer un rayo debido a su altura y estructura, lo que puede tener consecuencias potencialmente catastróficas como incendios, daños estructurales o sobretensiones eléctricas. Al disipar la inmensa energía eléctrica de un rayo a través de un camino exclusivo hacia el suelo, el pararrayos minimiza el riesgo de daños al edificio y a sus ocupantes.
En física, los pararrayos funcionan según el principio de la electrostática y la conductividad eléctrica. Cuando una nube de tormenta induce un fuerte campo eléctrico en la atmósfera, crea una gran diferencia de potencial entre la nube y el suelo. Un pararrayos proporciona una punta puntiaguda o redondeada que mejora el campo eléctrico local, lo que hace que sea más probable que se produzca una descarga de rayo en la punta que en otro lugar. Este fenómeno se conoce como efecto corona, donde la intensidad del campo eléctrico se concentra en puntas o bordes afilados, facilitando la descarga de la carga acumulada.
El pararrayos conduce la carga de un rayo a la tierra mediante un proceso llamado conexión a tierra. El conductor suele estar conectado a una red de varillas o placas metálicas enterradas que se extienden profundamente en el suelo. Cuando un rayo cae sobre el pararrayos, la corriente eléctrica fluye a través del conductor hacia el sistema de puesta a tierra, que dispersa la energía de forma inofensiva en la tierra. Este proceso de conexión a tierra garantiza que el potencial eléctrico del edificio permanezca equilibrado y evita daños por sobretensiones eléctricas o incendios que podrían resultar de la caída de un rayo incontrolado.