Los transistores pueden funcionar como sensores aprovechando su sensibilidad a estímulos externos como la luz, la temperatura o la presión. En tales aplicaciones, los transistores generalmente se configuran como parte de un circuito donde los cambios en el parámetro detectado provocan variaciones en las características eléctricas del transistor, como su conductividad o caída de voltaje. Por ejemplo, en un circuito de transistor sensible a la luz (fototransistor), la luz incidente altera la conductividad del transistor, permitiéndole actuar como un sensor de luz. De manera similar, en un circuito de transistor sensible a la temperatura, las variaciones de temperatura afectan el voltaje base-emisor o la corriente del colector del transistor, lo que le permite funcionar como un sensor de temperatura.
La salida de un transistor en un circuito sensor normalmente refleja los cambios en el parámetro detectado. Por ejemplo, en un circuito de transistor sensible a la luz, un aumento en la intensidad de la luz hace que el transistor conduzca más corriente o presente una menor caída de voltaje en sus terminales. Por el contrario, una disminución en la intensidad de la luz da como resultado un flujo de corriente reducido o una mayor caída de voltaje. Por lo tanto, la salida del transistor en tales sensores puede interpretarse como una medida de la intensidad o nivel del parámetro detectado, proporcionando una señal eléctrica que corresponde a la condición ambiental que se está monitoreando.
Los transistores pueden actuar como amplificadores, interruptores o sensores según su configuración y los requisitos de la aplicación. En aplicaciones de sensores, los transistores aprovechan su capacidad para modular señales eléctricas en respuesta a estímulos externos. Esta modulación se produce debido a variaciones en el voltaje base-emisor o la corriente del colector del transistor, que están influenciadas por cambios en el parámetro detectado. Al aprovechar estas características, los transistores pueden convertir eficazmente cantidades físicas como la luz, la temperatura o la presión en señales eléctricas que pueden procesarse o utilizarse en circuitos electrónicos.
Sí, se puede utilizar un transistor como sensor de temperatura bajo determinadas condiciones. Los transistores sensibles a la temperatura, como los transistores de unión bipolar (BJT) de silicio o germanio, exhiben cambios en sus propiedades eléctricas con variaciones de temperatura. Específicamente, la caída de voltaje base-emisor o la corriente del colector de un transistor pueden variar de manera predecible con los cambios de temperatura. Al calibrar el circuito adecuadamente y garantizar condiciones de funcionamiento estables, los transistores se pueden utilizar para medir la temperatura dentro de un rango específico. Estos sensores de temperatura basados en transistores encuentran aplicaciones en dispositivos electrónicos, sistemas de monitoreo de temperatura y automatización industrial donde se requieren mediciones de temperatura precisas.