¿Cómo funciona una luz fluorescente?

Una luz fluorescente funciona utilizando electricidad para excitar el vapor de mercurio dentro de un tubo de vidrio, que a su vez produce luz ultravioleta (UV). Esta luz ultravioleta luego interactúa con una capa de fósforo en el interior del tubo, lo que hace que el fósforo emita luz visible. El proceso comienza cuando una corriente eléctrica pasa a través del tubo lleno de gas, ionizando el gas y permitiéndole conducir electricidad. Luego, el gas ionizado excita los átomos de mercurio, produciendo luz ultravioleta, que es invisible al ojo humano. La luz ultravioleta incide sobre el revestimiento de fósforo, que emite fluorescencia y emite luz visible, iluminando el entorno.

Una bombilla fluorescente funciona de una manera relativamente sencilla. Consiste en un tubo de vidrio sellado lleno de una pequeña cantidad de vapor de mercurio y un gas inerte, normalmente argón. El interior del tubo está recubierto con un material fosforescente. Cuando se aplica electricidad a los electrodos en cada extremo del tubo, se ioniza el gas, creando un plasma que permite que la corriente fluya a través del vapor de mercurio. Los átomos de mercurio excitados emiten luz ultravioleta (UV), que luego incide en la capa de fósforo, haciendo que brille y produzca luz visible.

El principio de funcionamiento de una lámpara fluorescente implica la conversión de energía eléctrica en luz visible mediante una serie de interacciones dentro de la lámpara. Inicialmente, se aplica una corriente eléctrica a los electrodos de la lámpara, creando un campo eléctrico que ioniza el gas inerte y el vapor de mercurio dentro del tubo. El gas ionizado forma un plasma, permitiendo que la corriente fluya y excite los átomos de mercurio. Estos átomos excitados emiten luz ultravioleta, que es absorbida por la capa de fósforo del interior del tubo. Luego, el fósforo reemite esta energía como luz visible, proporcionando iluminación.

Un balastro de luz fluorescente funciona como un dispositivo de control que regula la corriente que fluye a través de la lámpara fluorescente. Cuando la lámpara se enciende por primera vez, el balastro proporciona un alto voltaje inicial para ionizar el gas y encender la lámpara. Una vez encendida la lámpara, el balastro reduce rápidamente el voltaje y regula la corriente para mantener una salida de luz constante. El balastro asegura el correcto funcionamiento de la lámpara, evitando que consuma demasiada corriente, lo que podría dañar la lámpara o acortar su vida útil.

Una bombilla fluorescente produce luz visible mediante un proceso de varios pasos que implica la interacción de electricidad, vapor de mercurio y fósforo. Cuando se activa la lámpara, los electrones fluyen a través del tubo lleno de gas, excitando los átomos de mercurio. Estos átomos de mercurio excitados liberan energía en forma de fotones ultravioleta (UV). Luego, los fotones ultravioleta chocan con la capa de fósforo del interior del tubo. El fósforo absorbe la energía ultravioleta y la reemite como luz visible. Esta conversión de luz ultravioleta a luz visible es lo que crea la iluminación que se ve desde una bombilla fluorescente.

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