Una desventaja de las luces LED es su coste inicial. Si bien la tecnología LED se ha vuelto más asequible a lo largo de los años, las bombillas y accesorios LED de alta calidad pueden seguir siendo más caros que las tradicionales luces incandescentes o fluorescentes compactas (CFL). Además, el rendimiento de los LED puede degradarse con el tiempo si se exponen a altas temperaturas o a accesorios mal diseñados, lo que podría reducir su vida útil y su eficiencia. Los LED también requieren una regulación precisa de la corriente y el voltaje, lo que significa que la compatibilidad con los atenuadores y transformadores existentes puede ser un problema, lo que a menudo requiere inversiones adicionales en controles compatibles.
Los aspectos negativos de los LED incluyen su sensibilidad a la temperatura. Los LED pueden funcionar mal en entornos de alta temperatura, lo que puede reducir la vida útil y la eficiencia. Otro inconveniente es la naturaleza direccional de la luz LED, lo que significa que normalmente debe dirigirse a través de ópticas o difusores para proporcionar la iluminación ambiental amplia que a menudo se desea en entornos residenciales. Además, algunas luces LED pueden producir luz azul, que puede interferir con los patrones de sueño si se usan de manera inapropiada, como en la iluminación del dormitorio cerca de la hora de acostarse.
Debe evitar el uso de bombillas LED en accesorios cerrados donde la disipación de calor sea una preocupación. Los LED generan calor que debe gestionarse, y las luminarias cerradas pueden atrapar este calor, reduciendo potencialmente la vida útil y la eficiencia de las bombillas. Del mismo modo, las zonas con temperaturas extremadamente altas pueden no ser adecuadas para bombillas LED debido al riesgo de sobrecalentamiento. Además, para aplicaciones que requieren luz omnidireccional, como lámparas de mesa con pantallas, las bombillas incandescentes o CFL tradicionales pueden proporcionar una mejor distribución de la iluminación sin la necesidad de elementos difusores adicionales.
Tres ventajas de la iluminación LED son la eficiencia energética, la longevidad y los beneficios medioambientales. Los LED son significativamente más eficientes energéticamente que las bombillas incandescentes tradicionales y convierten un mayor porcentaje de energía en luz en lugar de calor. Esta eficiencia se traduce en facturas de electricidad más bajas y un menor consumo de energía. En segundo lugar, los LED tienen una vida útil mucho más larga, a menudo decenas de miles de horas, lo que significa menos reemplazos y menores costos de mantenimiento. Por último, los LED son respetuosos con el medio ambiente ya que no contienen materiales peligrosos como el mercurio, que se encuentra en las CFL, y son totalmente reciclables, lo que contribuye a reducir los residuos en vertederos y a reducir la huella de carbono.
Las luces LED son generalmente excelentes para uso doméstico. Están disponibles en una amplia gama de temperaturas de color y niveles de brillo, lo que los hace versátiles para diferentes áreas y propósitos dentro del hogar. Los LED proporcionan importantes ahorros de energía y pueden reducir las facturas de electricidad, especialmente en hogares donde se utiliza mucho la iluminación. Su larga vida útil significa que los propietarios gastarán menos tiempo y dinero en reemplazos. Además, los LED ofrecen una mejor calidad de luz con altos índices de reproducción cromática (CRI), lo que mejora la apariencia de los espacios interiores y contribuye a un ambiente de vida más confortable.